lunes, 25 de mayo de 2015

Qué?! No me digan que creían...?! No, no puede ser que pensarán que yo...?! jajajajajajajja que me casé!!!!!!! jajajajajajajajajaja
La vida sigue sorprendiéndome, y, lejos de estar cerca de la maternidad, el casamiento o tan siquiera de la convivencia sigo acumulando historias.
La tía solterona de la familia, el eslabón obligatorio de esta generación, HA VUELTO...

viernes, 12 de marzo de 2010

Todavía no me creen...


Es increíble! Pasa el tiempo y todo sigue igual. Siempre lo mismo. Conocer a alguien. Sentir que todo está bien. Esperar un llamado. Desilusionarse. Y finalmente, darse cuenta que volvió a suceder. Nuevamente SOLA. Ya sé. Creían que este tiempo de ausencia se debió a que por fin encontré mi otra mitad, mi príncipe azul, mi media naranja, mi peor es nada. No. Lamentablemente no. Definitivamente NO. Sí salí con algunos, pero todo igual. Una salida, dos, o a lo sumo y como gran hazaña tres salidas con la misma persona, para luego terminar en nada, en un mensaje de texto excusándose por no continuar viéndonos o simplemente un silencio de radio, un abandono sin explicaciones, ninguna respuesta. Como si nunca en la vida se hubiesen topado conmigo.
Las frases son siempre las mismas. "Sos una persona divina, sos linda, inteligente, simpática, buena, pero por el momento yo no puedo ofrecerte lo que te mereces" ó la que más original estuvo: "Algo faltó para que me sintiera con ganas de comenzar a cimentar una relación" (es genial, un diez felicitado a la creatividad. Porque siendo sinceros, para estar dos semanas tratando de convencerme de ir a la cama, lograrlo y dejar de llamarme inmediatamente después, esa excusa es genial).
Después han habido dos con los que salí un par de veces, literal (salí dos veces), quienes a un posible tercer encuentro de repente borraron mi número de sus listas y hasta me han preguntado quién era yo, acto seguido nuevamente el silencio, sin respuesta, ninguna devolución alguna. Nada, nada.
Pero hace poco tuve un halo de ilusión. Creí que sí podía ser feliz. Que podría de una vez por todas estar con alguien que me quiera, me respete, me valore. Hace poco conocí a un ingeniero, un hombre grande, divorciado hacía un par de años, dos hijos, y con muchas ganas de estar nuevamente en pareja. De encontrar a alguien con quien poder rehacer su vida. El primer día que salimos parecía que nos conocíamos de toda la vida. Nuestro diálogo no tenía fin, no tenía silencios, era de cuento. Me tomo de las manos, caminamos abrazados, me besó a la sombra de un árbol, me enredó fuerte entre sus brazos, me susurró al oído cosas hermosas. Cenamos, charlamos, nos besamos, nos elogiamos, seguimos charlando, otros besos robados, y sonrisas, sonrisas, muchas sonrisas. La noche brillaba y nosotros resplandecíamos. En fin, todo transcurrió de maravilla, nos vimos varias veces más, estuvo en casa, preparamos la cena juntos, escuchamos música, vimos tele, charlamos un montón, nos dimos consejos, nos hicimos bromas, reímos, reímos y reímos.
Pero de repente algo pasó. No sabría decir qué, porque no hubo pelea, no hubo situación incómoda alguna, nada. Simplemente, un mensaje de texto en este orden:
YO: "Gordi, querés pasar por casa mañana, preparo algo de comer".
EL: "No sé. Vemos".
YO: "Ok".
Y al día siguiente una mini charla por chat:
EL: "El otro día me invitaste a tu casa pero no estoy bien como para empezar algo. Tengo muchas cosas en la cabeza y no me siento bien".
YO: "Pero qué pasó?"
EL "Entendeme. Tengo muchos problemas. Si querés paso por tu casa de vez en cuando y la pasamos bien un rato".
Las palabras mágicas: "Paso por tu casa y la pasamos bien un rato" = "Solo me interesa el sexo"
Obviamente no acepté y por supuesto, me quedé otra vez SOLA.
Asi que aquí estoy. Un sábado a la noche, en camisón, sentada frente a la computadora de mi cuarto, escribiendo y tratando de contener las lágrimas que pretenden salirse sin mi permiso y sola. SIEMPRE SOLA.

martes, 1 de septiembre de 2009

No digo de ir a la cama en la primera cita, puede ser en la segunda o la tercera...


Esto es el colmo de los colmos. Yo entiendo que todos los hombres estén entrenados para decir siempre el mismo verso a todas las mujeres: "Quiero conocer a alguien para estar bien", "Me gustaría formar una familia", "Quiero a alguien con quien poder compartir mis cosas", "Bla, bla bla, bla..." Pero de ahí a que se BURLEN olímpicamente de nosotras, DE MÍ sobre todo, NOOOOOO. BASTA!!!!!

Como verán sigo insistiendo con el chat. Como mi vida social no es de lo más agitada que se diga, la única manera que tengo de conocer a alguien, al menos por el momento, es recurrir a páginas de solos y solas. El domingo recibí una invitación de un joven para que lo agregue a mis contactos y poder charlar un poco. Así lo hice y al día siguiente ya estábamos hablando. Intercambiamos alguna data (edad, profesión, hobbies, gustos, algo de nuestras vidas sentimentales y fotos). Me detengo un poco en esta parte, FOTOS, ya que ahora que lo pienso en frío lo noté muy ansioso en querer recibir fotos mías. Me envió algunas suyas, en las que si bien no lo favorecían, tampoco me brindaron una imagen desagradable. Pero su insistencia en que le envíe fotos mías era un poco más de lo usual. En fin, hablamos un poco más. Me dijo que hacía bastante estaba solo y que estaba buscando a una mujer con quien estar bien, con quien se pueda hablar en serio, que sea inteligente y divertida. Mientras tanto seguía insistiendo en que le mande mis fotos. Me dijo que si bien en una relación el sexo es importante, no es lo único y que no debe basarse todo en eso. "BIEEENNN. Al fin lo encontré" - pensé -. Le envié mis fotos al escuchar esas palabras mágicas con un comentario que decía: "Opino lo mismo. Busco a alguien para estar en una relación verdadera". Hubo una pausa, me dijo que estaba viendo mis fotos y al rato: -"Vayamos a tomar algo que muero por conocerte"-. A esa altura yo ya no lo podía creer, era mi sueño hecho realidad. Al fin el príncipe azul de mis cuentos. Mi media naranja estaba ahí, del otro lado de la pantalla, a minutos de conocerlo. Le dije que sí y pactamos un horario y un lugar. Seguimos charlando un rato más y en cuanto podía mandaba frases del estilo: "Sos muy linda", "Me va a encantar conocerte", "Me parecés muy interesante", etc etc etc. Cuando llegó el momento de despedirnos, por un ratito nomás ya que nos veríamos en unos minutos, me dejó una frase a la cual no respondí porque me descolocó: "Mmmm, me pusiste muy quenchi" (?!)

Llegó el momento de vernos. Nos saludamos a lo lejos con la manito. Nos sonreímos. Me acerqué a su mesa. Nos presentamos ya más formalmente y comenzamos de nuevo a describir nuestras vidas. Nada nuevo, más sobre el porqué estamos solos. Qué queremos en la vida. Qué hacemos para lograrlo... filosofía barata. Pero lo sorprendente no tardó en llegar. Bah, sorprendente. Ya debería estar acostumbrada. En este caso me sorprendió porque desdijo todo lo que me había dicho hacía minutos nomás. Comenzó con comentarios del estilo: "Cómo me gustan las mujers con lolas grandes", siguió con: "Me gusta porque sos una mujer que va al frente", le continuó la frase: "Te comería toda, creo que hay piel entre nosotros". Ya la situación me estaba incomodando un poco y le recordé lo que habíamos hablado por chat. Le mencioné sus palabras textuales: "ESTOY BUSCANDO UNA MUJER CON QUIEN PUEDA ESTAR BIEN. CON QUIEN SE PUEDA HABLAR EN SERIO. INTELIGENTE. DIVERTIDA". Pero no sólo la frase surgió. También empezaron las "indirectas". "¿Qué, me vas a decir que no te gusto?". "¿Que si sentís que hay química no vas a hacer nada conmigo porque es la primera cita?". "Dale, no me invitás a tomar un café a tu casa". "Si querés te llevo hasta el depto y de paso me invitás a pasar".

A esta altura mi cara ya se había transformado. Insistí en recordarle sus palabras minutos antes de conocernos: "SI BIEN EL SEXO ES IMPORTANTE EN UNA PAREJA NO DEBE BASARSE TODO EN ESO" A lo que muy graciosamente me respondió: "NO. NO TE DIGO IR A LA CAMA EN LA PRIMERA CITA, PUEDE SER EN LA SEGUNDA O LA TERCERA"

Acá se terminó todo. Obviamente no hizo falta decir nada. Pedimos la cuenta. Nos saludamos. Me deseó suerte y adiós.

Hoy heme aquí, una vez más relatando mis complicados días de solterona. Contando las peripecias de una búsqueda incansable. Recordando todo lo acontecido en el día. Escribiendo sin parar. Sentada frente a la computadora sola. Una vez más, SOLA.

viernes, 28 de agosto de 2009

Soy un 9...pero estoy sola


Uff cuánto hace que no escribo! Y analizando la situación, me doy cuenta que no me han pasado muchas cosas en todo este tiempo. Pero, para no perder la costumbre ni para que esto sea una luz de esperanza en el camino, me ha vuelto a suceder. Si. Otra vez la desilusión. Otra vez las palabras temidas. Otra vez el final del cuento sin comer perdices.
La cosa fue así. Hace poco má de un mes me sometí a una cirugía estética para aumentar "cierta" parte de mi cuerpo muy común en las mujeres. En fin, al margen de estar feliz por lo hecho, repentinamente comenzaron a aparecer "amigos" que hacía muchísimo pero muchísimo no veía (ni hablaba, ni chateaba, ni nada de nada). De golpe todos se acordaron de mi, de preguntarme cómo estoy, qué es de mi vida y sobre todo saber "COMO QUEDARON". Algunos de los casos son los que a continuación les relato:
Mi EX, ese que vive haciéndome las mil y una, que no está feliz si no me ve sufrir. Ese que cuando se da cuenta que estoy logrando salir del pozo y arranco con mi vida me busca y me llena de frases lindas. Ese que cuando me tiene a sus pies, entregada, enamorada me deja, se olvida que existo, me engaña y hasta deja de llamarme. Ese ha vuelto, quiere que nos veamos, que "charlemos" y por supuesto... "que se las presente".
Afortunadamente, en un rapto de cordura, de amor propio, de madurez, pude decirle que NO. Pude incluso hasta aconsejarle que aproveche y salga con su mujer e hija en lugar de conmigo. Pude hacerlo y sobre todo, lo más importante, NO ME ERREPENTI!

Otro caso. Un caballero del chat. Un señor grande, separado, con un hijo y retomando sus estudios universitarios. Un hombre con una trabajo estable y con aparentes buenas intenciones. Quedamos en encontrarnos, tomamos un cafe, charlamos y a los 15 minutos (no miento, 15 minutos exactos), me dice que debe irse y que si quería me alcanzaba con el auto a mi casa. Llegando a destino, me dice que no entiende mucho algunas materias que está cursando y que si no le explicaba un poco antes de rendir el examen. Le dije que si, pero sinceramente no teía nada de ganas de hacerlo. No me llamó más. Pasaron 15 días y lo volví a cruzar en el chat, me comentó que le había ido mal en el parcial y que si podía pasar por casa a que le explique!!!!!! SAY NO MORE.

Siguiente. También del chat. Un joven educado, correcto al hablar, con voz sensual. Expresaba sus ganas de formalizar con alguien y comentaba que estaba cansado de estar solo. Chateamos, hablamos por teléfono, hablamos, hablamos, hablamos y hablamos. Siempre cuando terminábamos la charla quedábamos en que debíamos encontrarnos para conocernos pero no lo concretábamos nunca. Cuando pactábamos un día y un horario siempre a último momento ocurría algo y se suspendía. Un día, en una de esas charlas telefónicas, noté que la conversación giraba solamente en torno de nuestras fantasías sexuales y no salía de allí. Haciendo memoria recordé que TODAS nuestras charlas habían sido de este tenor. Cuando quise cambiar de tema de repente algo sucedió y debimos cortar. El último intercambio que tuvimos fue por chat y allí me dijo que no estaba bien, que al no estar bien él no podía estar bien con nadie y mucho menos pensar en una relación de pareja. CHAN...otra vez sola y sin esperanzas!

Insistiendo con el chat conocí a alguien que telefónicamente era ALUCINANTE. Su voz de locutor impactaba y su verborragia transportaba. Nos conocimos personalmente y aunque si bien su persona no correspondía a lo que yo me había imaginado conforme a su tono de voz, me propuse ponerle onda y acepté ir a tomar algo. La charla estuvo buena, hablamos de todo, nos contamos cosas y nos confesamos otras. Me dice que le parece raro que esté sola sobre todo si soy, según él, un nueve. Si, mi calificación en la sumatoria de todas mis virtudes y defectos doy un nueve. El cuento termina cuando al despedirnos me da un beso, un BESO, me dice cosas lindas, me da OTRO BESO y me dice que en la semana me llama para invitarme a salir. Ya van dos semanas, lo veo conectado en el chat pero no me habla y para peor el teléfono SIGUE SIN SONAR!!

Finalmente, el miércoles vino a casa uno de los que había conocido por chat hace más de dos meses. Habíamos salido un par de veces, (bah salir, salir no. Vino dos veces a mi departamento). Otro que buscaba una relación en serio, que estaba cansado de estar solo, que me decía cosas lindas, que no se cansaba de repetir lo bonita que soy, etc etc etc. En fin, vino al departamento, me contó que está de novio, que está viendo cómo marcha la relación, que está probando pero que se siente bien. La charla continuó conmigo, quería saber cómo estaba yo, en qué andaba y sobre todo, pidió ver cómo había quedado de la cirugía. Me avanzó, me besó, me dijo linda, estuvimos juntos, me besó de nuevo, se vistió y se fue. Hace dos días que lo veo por chat conectado y no me dice ni siquiera HOLA.

domingo, 10 de mayo de 2009

Padezco Gataflorismo


Aunque no lo crean es asi. Cuando estoy sola porque estoy sola, cuando no me dan ni la hora porque no me dan ni la hora, y cuando me llaman, me escriben, me dicen cosas lindas, porque me llaman, me escriben y me dicen cosas lindas. De cualquier manera siempre me quejo.
Resulta que este chico, el que su entrenador fue mi ex, no me da respiro. Es que estoy acostumbrada a la indiferencia, a la soledad, a no gustarle a los hombres, que de repente tanto afecto, tantas palabras dulces, tantos elogios me abrumaron.
No me esperaba que de pronto, por haberlo visto sólo una vez en la vida, por haber compartido un juguito de naranja exprimido me iba a deparar cuatro días de contínuos mensajes de textos y llamadas telefónicas. Me mandaba el besito de las buenas noches, me mandaba el besito de los buenos días, en medio de la mañana comentarios sobre cuánto me extrañaba, lo mucho que se había enganchado conmigo y cómo logré que él vuelva a ceer en el amor. Al rato un mensaje para recordarme que le mande un mensaje avisando que ya estaba en mi hora de almuerzo asi me llamaba y podía escuchar mi voz. Durante la tarde más mensajes diciendo que no veía la hora de encontrarse conmigo, de hablar conmigo, de planificar nuestro futuro y hasta para preguntarme si me quería casar de blanco. Si, si. Si. Todo esto con sólo habernos visto una sola vez, en un bar y durante 4 hs nada más. Ah!, si, si, hay más. Llegando las 5 de la tarde otro mensaje para recordarme que le envíe un mensaje avisándole que ya había salido de mi trabajo asi podía llamarme y escuchar mi voz...OTRA VEZ!!!!!
Pero el colmo fue el sábado. Ese día habíamos pactado ir al cine. Le conté que tenía clase en la facultad y que no saldría hasta las 6 de la tarde. Para variar durante la mañana recibí mensajes de buenos días, para desearme suerte, para preguntarme si sacaba o no las entradas para el cine, para decirme que ya había sacado las entradas, otro para decirme que después me llamaba para decirme dónde nos encontraríamos y el horario. En mi almuerzo hablamos por teléfono, quedamos ya en el lugar donde nos encontraríamos, el horario y aclaré que durante la clase no puedo estar atendiendo el teléfono.
En medio de mi almuerzo, durante una calurosa discusión que mantenía con mis compañeros sobre el contenido de los apuntes, y luego de haber hablado ya por teléfono, recibo un mensaje que decía: "Te hago una pregunta. Cuántos hijos querés tener?" ...(?!)
Realmente, no entendía nada. Creo que releí el mensaje varias veces porque no lograba descifrar lo que allí aparecía escrito. Opté por cerrar el teléfono sin emitir respuesta.
Durante la tarde otros mensajitos: "no conseguí para otro horario", "me imaginé que si salís a las 6 no ibas a llegar a la función de las 8", "espero que estés bien", "te extraño", "la verdad me caes bien", "nos vemos esta noche", "querés que te pase a buscar?". Nooooooooooooo. Basta. No quiero nadaaaaaa. No quiero que me suene el teléfono. No quiero que me hablen. No quiero que me digan cosas lindas. No quiero regalos. Quiero estar SOLAAAAAAA.

Además del destino, un karma me persigue


Si. Esto sólo me ocurre a mí. No hay duda. Una gran maldición, un destino infortunio, un karma pesadísimo manejan mi vida amorosa.
Una vez más le di una oportunidad al encuentro a ciegas, a la primera cita para conocernos, al amor virtual, a la página de internet para solos y solas.
Asi fue como en miércoles, a las 18 hs, me encontraba sentada en un cómodo sillón de una confitería esperando a la persona que tan lindas palabras me había regalado por el chat. No, no. No. Esta vez no me dejaron plantada. No,no. No. Tampoco se lo vio con ganas de salir corriendo. No, no. No. Ni me resultó un plomo con el que no tenía tema de conversación. No. Todo lo contrario, inexplicablemente teníamos demasiadas cosas en común.
Digo demasiadas porque ésto logró superar todo lo que hasta ahora me estuvo pasando.
Como es habitual en estos encuentros, uno comienza contando su vida, qué hace, qué le gusta, qué desea, etc etc. Una vez que había contando todo lo que quería contar hasta ese momento, le tocó el turno a él. Entre su relato comenta asi al pasar que en su época de juventud solía entrenar un deporte acuático en un conocido club de fútbol. Creo que en ese momento abrí tan grande mis ojos que él no pudo disimular la curiosidad y preguntó: "qué pasa?". Tratando de no entrar en pánico pregunté, así, como de casualidad: "en serio, y quién era tu entrenador?" Estaba ansiosa por oir la respuesta pero a la vez temblaba porque sabía lo que me iba a decir. Y si, si. Pronunció ese nombre. Completito lo dijo. Nombre y apellido. Si, si. Como se imaginan. Era él. El que me hizo sufrir tanto. El que marcó mi vida. El que me vendió espejitos de colores durante diez años. El mismo al que, páginas arriba conté, pude decirle que NO. Si. Mi ex.
Esto es increíble. Es algo que no posee explicación. Qué remota posibilidad puede existir que dos personas que jamás se vieron en la vida, que un día de pronto coinciden en un chat de solos y solas y deciden conocerse, tengan en común a un personaje que, de diferente manera, a ambos les marcó la vida. No. Si siempre lo digo. Esto sólo me sucede a mi.

sábado, 2 de mayo de 2009

No doy con el perfil


De verdad que estas cosas sólo me suceden a mí. Notar ya desde el primer encuentro que una no resultó ser lo que el otro esperaba es algo normal. Puede ocurrir. No es raro. Es duro. Duele. Hiere el orgullo. Pero se supera.
Aceptar que ese nombre en una pantalla de computadora, al que no llegaste a cubrir sus expectativas, te tome como pseudo amiga es también algo factible.
Pero que esa persona de repente te diga : "no quiero hacerte perder tiempo","no sos el perfil que estoy buscando" WOW!, eso sí que es fuerte. Eso es algo que sólo me ocurre a mí.
Y si. Una anécdota más para contarle a mis sobrinos nietos cuando me pidan un cuento antes de dormir.
Ahora, me pregunto... Cuál será el perfil que una tiene que tener para que el otro, el sexo opuesto que al fin quiere una relación seria, se enamore? Qué habrá que hacer? De qué tendré que hablar? A qué me tendré que dedicar? Qué buscan los hombres? Qué necesitan de las mujeres? Cuál es ese perfil que no doy?
En fin. Otro día más para analizar sobre el tema. Otro día más SOLA.

viernes, 17 de abril de 2009

Hoy no puedo dejar de llorar


Hoy me siento triste. A pesar de no haber tenido que trabajar, de haber podido levantarme tarde, desayunar en la cama, escuchar mi música favorita, de estar todo el día en camisón, a pesar de todas las maravillas con las que soñamos de vez en cuando me siento triste. Me siento angustiada. No puedo parar de llorar. Me siento vacía. Me siento sola.
Tan dificil es hacer que los demás entiendan que uno lo que busca en la vida es un abrazo sincero, un beso cálido, una palabra de aliento, una frase linda, una mirada de amor. Tan imposible de dar es eso que cuando alguien lo explicita con palabras éstas se tornan en maldiciones diabólicas y generan la reacción opuesta en el otro?
Le pasará esto a mucha gente?. Le pasará aunque más no sea a alguién más que a mí? No digo que nunca haya estado enamorada, ni que nunca me hayan deleitado con estos momentos inolvidables, pero sí digo que siempre terminan mal. Siempre el final es con llanto. Siempre me quedo sola. Lo peor es que cada vez son más frecuentes esos finales, son cada vez menos los momentos felices y cada vez más largos los espacios vacíos.
Si, me siento triste. En un día de sol, con gente corriendo por la calle deseando que termine el día para comenzar el fin de semana, yo me siento triste. Hoy no puedo dejar de llorar.